La otitis media serosa es una acumulación de líquido en el oído medio que se debe a una infección de las vías respiratorias superiores o a un resfriado. Este líquido generalmente desaparece espontáneamente en un periodo de entre 4 y 6 semanas. Sin embargo, en algunos casos puede permanecer más tiempo y causar una pérdida temporal de la audición o puede infectarse y dar resultado a una otitis media aguda. La falta de síntomas obvios provoca que, a menudo, esta patología no se diagnostique, a menos que evolucione en otitis media aguda.
La otitis es una de las infecciones del oído más extendidas, y se manifiesta principalmente en niños y bebés, pero también en adultos. Se trata de la inflamación aguda o crónica del oído, puede tener un origen viral o bacteriano, y se produce como resultado de una infección de garganta o un resfriado.
Se han identificado diferentes tipos de otitis, entre los que se encuentran los siguientes:
No es una enfermedad contagiosa, pero los virus y bacterias que la originaron pueden propagarse por el aire o el agua o a través de las herramientas de limpieza que haya utilizado la persona infectada.
Los síntomas asociado con la otitis varían entre adultos y niños. En cuanto a los síntomas de la otitis en adultos, se encuentran los siguientes:
En los adultos, donde la infección es generalmente menos frecuente, se identifican grupos de mayor riesgo, como:
Las trompas de Eustaquio son pequeñas aberturas que conectan la porción del oído medio con la parte posterior de la garganta; su función es controlar la presión del aire en el tímpano para mantenerla al mismo nivel que la del entorno externo. Sin embargo, hay factores que pueden contribuir a crear un ambiente cálido y húmedo que fomenta la proliferación de bacterias y microorganismos, como los resfriados, la gripe, las alergias y la sinusitis, que bloquean temporalmente el acceso a la garganta y pueden inflamar los tejidos que rodean las trompas.
Hay otras causas que puede producir la infección del oído medio, como:
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Los beneficios de EarPros:
A través de un instrumento específico, el otoscopio, el médico puede examinar el oído y evaluar si hay inflamaciones del canal auditivo externo, en la membrana timpánica o si hay líquido en el oído medio. El especialista puede requerir además que el paciente realice pruebas diagnósticas, como las siguientes:
Dependiendo de la infección, el médico puede sugerir al paciente diferentes tratamientos. En el caso de que la infección sea de origen bacteriano, se recetan antibióticos, mientras que las infecciones virales suelen resolverse de forma autónoma sin tener que tomar medicación.
En caso de dolor intenso o fiebre, el médico puede recomendar tomar analgésicos sin receta a base de ibuprofeno y paracetamol y, para aliviar la sensación de dolor en los oídos, se recomiendan las compresas calientes.
En el caso específico de la otitis media serosa crónica, el médico puede sugerir que se proceda con un tratamiento llamado miringotomía: se trata de una pequeña incisión en el tímpano en la que se inserta un tubo para drenar el exceso de líquido en la parte posterior de la membrana timpánica. La miringotomía reduce la otalgia y, al mismo tiempo, el riesgo de futuras infecciones del oído.
Después de un largo baño, una inmersión o una ducha, es posible que escuches los sonidos más amortiguados debido a que ha entrado agua en el oído y el agua atascada en el conducto impide que el tímpano se mueva libremente. La sensación podría desaparecer en pocas horas pero, con menos frecuencia, el agua permanece en los oídos durante varios días, causando inflamación.
Para eliminar el agua es recomendable sacudir la cabeza repetidamente o utilizar un pañuelo de papel para insertarlo en el conducto y absorber el agua restante, sin empujar demasiado para no causar lesiones. Si la situación no se resuelve, significa que se ha creado un tapón de cerumen y, por lo tanto, es necesario intervenir con gotas o aerosoles específicos para tratar de disolverlo.
Los niños son los sujetos más afectados, especialmente por razones anatómicas. En los más pequeños, la trompa de Eustaquio, es decir, el canal que conecta los oídos con las cavidades nasales, es más estrecha, más corta y se encuentra en posición horizontal. Esto facilita el paso de virus y bacterias a la trompa y especialmente al oído medio. En el oído medio, los agentes externos favorecen la producción de pus, que llena la cavidad y presiona sobre la membrana timpánica, generando una sensación de dolor intenso y persistente.
A menudo, es difícil para los niños explicar la sensación de dolor que experimentan y su localización. Por lo tanto, es aconsejable prestar atención a varias señales, como las siguientes:
En cuanto al tratamiento, en los niños menores de un año se debe administrar un antibiótico recetado por su pediatra. En el caso de que el niño sea mayor, espera unos días para comprobar cómo evoluciona la inflamación.
Para prevenir la otitis en niños, se recomiendan lavados nasales con soluciones fisiológicas y el uso de una almohada alta con el fin de reducir la presión sobre el tímpano.