El síndrome de Ménière es una afección del oído interno; es crónica y la sintomatología asociada es variada. No se trata de una patología contagiosa, suele ser unilateral y conlleva el riesgo de pérdida de la audición de manera permanente. Es necesario decir que es una enfermedad que acontece frecuentemente en personas de edad avanzada, también hay un porcentaje de niños que padecen de síndrome de Ménière.
El síndrome de Ménière se presenta como un tipo de afección del oído interno que es causada por una acumulación de líquido. Por lo general, es crónica y perjudica a un solo oído. Se caracteriza por una sensación de pérdida de la audición, mareos, tinnitus y sensación de obstrucción.
Si bien la patología no es contagiosa ni terminal, los síntomas empeoran progresivamente con el transcurrir del tiempo. Además, es muy probable que haya un aumento significativo de la intensidad de los mareos y el riesgo de perder la audición de forma permanente es realmente alto.
Una de las causas de la enfermedad de Ménière, también llamada hidropesía endolinfática, es la excesiva cantidad de líquido acumulado en el oído interno del paciente, lo que genera su disfuncionalidad. Dicho líquido se mantiene en una estructura, el saco endolinfático, que se secreta y reabsorbe constantemente, lo que genera un exceso de líquido en el oído interno.
Si bien se desconoce por qué se produce dicha afección y, comúnmente, el trastorno suele aparecer en personas de edades comprendidas entre los 20 y 50 años de edad, puede aparecer de manera temprana, provocando malestar constante en los niños.
Según Lawrence R. Lustig, MD, Columbia University Medical Center and New York Presbyterian Hospital, la enfermedad de Ménière es un trastorno que se caracteriza por ataques repetidos de vértigo incapacitante, pérdida de audición intermitente y zumbido en los oídos, también denominados acúfenos. Entre los síntomas más significativos que presenta el trastorno se encuentran los siguientes:
Es importante mencionar que el vértigo puede ocasionar la pérdida total del equilibrio, por lo que la persona corre el riesgo de caer y lesionarse. Además, a medida que los síntomas cambian progresivamente a medida que avanza la enfermedad, la pérdida auditiva permanente y el tinnitus son una de sus consecuencias. Por su parte, los mareos provocan alteraciones generales relacionadas con el equilibrio y la visión del paciente.
El síndrome de Ménière presenta la característica de progresividad y, por ello, los síntomas siempre empeoran con el tiempo. Dado que estos pueden presentar diferentes tipos de intensidades, algunos pacientes sufren los ataques varias veces a la semana, mientras que otros pueden experimentarlos con menor frecuencia. Por lo general, los ataques típicos pueden durar de 20 minutos a 24 horas.
El médico especialista es quien sospecha primeramente que el niño puede estar afectado por la enfermedad de Ménière. Esto se basa en el descubrimiento de los síntomas típicos de la pérdida de audición en un oído y vértigo con acúfenos.
A diferencia de otras patologías, el vértigo, en este caso, no es provocado por cambios en la posición del cuerpo, como sucede en el vértigo posicional paroxístico benigno.
Así, entre los estudios que hará el médico se encuentran los siguientes:
Conseguir un diagnóstico certero e inmediato es fundamental para encontrar el tratamiento adecuado y así mejorar la calidad de vida del paciente. Sin embargo, no existe una manera comprobada de detener la pérdida de audición causada por la afección de Ménière. Es por ello que la mayoría de los pacientes sufren una sordera de moderada a grave en el oído afectado, al cabo de 10 a 15 años.
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Beneficios de EarPros:
Si bien la enfermedad de Ménière no presenta una cura específica, sí es posible optar por un tratamiento paliativo, que elimina la sintomatología y reduce el malestar. Además, dependiendo de los diferentes tipos de síntomas, es posible recurrir a diferentes tipos de terapias:
Cada uno de los tratamientos deberá ser pautado por un médico especialista, quien determinará cuál es el adecuado según la condición, sintomatología y otras cuestiones inherentes al paciente.
Además, es importante que el paciente mantenga una dieta baja en sal y consuma un medicamento diurético para reducir de manera significativa la intensidad y frecuencia de los ataques. Algunos fármacos, como la meclizina y el lorazepam contribuyen a aliviar la sintomatología del vértigo, aunque ninguno previene las crisis.
El Dr. Nicolás Pérez Fernández, codirector del departamento de otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, el hospital privado de mayor reputación en España en otorrinolaringología, asegura que con la gentamicina intratimpánica se puede controlar el vértigo en un 90 % de los pacientes en los que ha fallado el tratamiento médico. Así, se abren nuevas aristas para el correcto tratamiento de la enfermedad de Ménière en las nuevas generaciones.
Una dieta baja en sodio puede ayudar a controlar la sintomatología de la enfermedad. Además, se recomienda evitar las comidas copiosas para ayudar a disminuir notoriamente los síntomas. Otros factores desencadenantes de los ataques suelen ser los siguientes:
Controlar estos factores es fundamental para mantener un equilibrio saludable, lo que ayuda a reducir la frecuencia de los ataques y también la gravedad de los síntomas.