La pérdida auditiva severa o profunda es un problema que puede llegar a perder capacidades si no se trata de forma eficaz y con el uso de soluciones auditivas, como audífonos o implantes auditivos. De hecho, cuando la pérdida auditiva es particularmente compleja, los audífonos convencionales y los dispositivos implantables pueden ser una alternativa ideal para la mejora de la audición.
A diferencia de los audífonos, que son dispositivos médicos extraíbles, las soluciones implantables son dispositivos médicos que deben ser aplicados por un médico especialista siguiendo un protocolo clínico preciso que incluye una intervención quirúrgica.
Existen diferentes soluciones de implantes auditivos, y cada una de ellas es específica en función del tipo de pérdida auditiva :
Un implante coclear es un dispositivo electrónico que consta de una parte externa que se coloca detrás de la oreja y un segundo elemento insertado debajo de la piel mediante cirugía. En concreto:
Cabe señalar que el componente del implante que se inserta quirúrgicamente y la matriz de electrodos duran aproximadamente 25 años, mientras que el procesador de audio externo se puede reemplazar en caso de que se disponga de una nueva tecnología más eficiente.
El implante coclear sustituye la función que ejercían las células ciliadas dañadas del oído interno (cóclea), ya que las evita y estimula directamente el nervio auditivo para enviar información al cerebro. Con estos dispositivos, de hecho, se crea una nueva forma de recibir sonidos y palabras en forma de impulsos eléctricos, que primero llegan al nervio acústico y luego a los centros auditivos del cerebro; además, con una rehabilitación especial, la persona aprende a escuchar de una manera totalmente diferente a la habitual.
El implante coclear es adecuado para personas con pérdida auditiva neurosensorial unilateral o bilateral con una pérdida de moderadamente de grave a profunda. Estos dispositivos representan una opción óptima independientemente de la edad, ya que se pueden aplicar desde en niños menores de 2 años hasta en personas de edad avanzada. En este último caso, es fundamental que la persona se encuentre en buen estado de salud, tenga un estilo de vida activo y una excelente motivación para rehabilitarse.
A pesar de ello, cabe destacar que numerosos estudios médicos han demostrado que la inserción del implante coclear en niños menores de 2 años supone ventajas más significativas que cuando la intervención tiene lugar en pacientes adultos. También hay que tener en cuenta algunas contraindicaciones que pueden imposibilitar la cirugía:
Los implantes cocleares, desde que se introdujeron en los años 70, han dado la capacidad de escuchar a más de 550 000 personas en todo el mundo con pérdida auditiva muy severa
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Los beneficios de EarPros:
Antes de proceder con la elección del implante coclear, es necesario tener en cuenta algunos criterios para seleccionar al paciente:
Una vez que la persona ha sido declarada apta para la implantación coclear, debe recordarse que, antes de activar el dispositivo, habrá un período de convalecencia de 2 a 4 semanas tras la cirugía. Durante este período, no será posible usar ningún dispositivo acústico. Después de la activación, el cerebro puede tardar horas, semanas o incluso meses en adaptarse y comenzar a procesar nuevos sonidos.
Después de la cirugía, la persona tendrá que asistir a un centro de rehabilitación, normalmente integrado en la estructura donde se llevó a cabo la intervención. Es absolutamente imprescindible la colaboración multidisciplinar entre todas las figuras implicadas (audiólogo u otorrinolaringólogo, logopeda, psicólogo, audiometrista, audioprotesista y todo el personal sanitario, médico y técnico) para que la gestión del proceso sea correcta y efectiva.
Un segundo tipo de prótesis implantable es el dispositivo de conducción ósea (BAHA). Entró en el mercado en 1987, debe ser implantado quirúrgicamente y, hasta ahora, es el único dispositivo que funciona a través de la conducción ósea directa.
BAHA o “bone-anchored hearing aid” significa implante acústico osteointegrado. Este dispositivo consta de cuatro elementos: un dispositivo de titanio, un nexo o imán, y el procesador de audio externo. Este sistema exclusivo permite que el hueso transfiera el sonido al oído interno sano sin pasar por el oído medio. La interacción entre el procesador de audio y el hueso subyacente se logra a través de un pequeño conector que sale de la piel y un implante que se integra directamente en el tejido óseo.
El implante osteointegrado puede ser la solución más adecuada para los pacientes que sufren de:
Para estas personas, un implante BAHA puede ser decisivo, siempre que tengan una audición suficientemente preservada por vía ósea. Sin embargo, los individuos con sordera unilateral también son candidatos potenciales para un implante BAHA. En cualquier caso, para saber si el implante de conducción ósea realmente satisface tus necesidades auditivas, debes ponerte en contacto con un experto que, después de un análisis cuidadoso de tu capacidad de escucha individual, evaluará cuidadosamente la situación.
El uso de procesadores de conducción ósea no implica necesariamente que deba realizarse una intervención quirúrgica; de hecho, a través de la aplicación de una diadema o una banda elástica especial, será posible probar la eficacia real del procesador. Cabe señalar que, además del dispositivo de conducción ósea BAHA, ahora existen otros dispositivos médicos con los mismos fines, basados en el mismo principio, pero interpretándolo de diferentes formas.
Una tercera alternativa para poder remediar la pérdida de audición son los implantes del oído medio. De hecho, en las últimas dos décadas se han producido avances significativos en la tecnología de los implantes del oído medio. Este sistema proporciona un receptor, colocado justo debajo de la piel, que detecta el sonido del procesador, combinado con un implante conectado a uno de los osículos del oído medio o colocado cerca de la ventana redonda del oído interno.
El implante mueve directamente los huesos del oído medio o hace que la ventana redonda del oído interno vibre, lo que permite la transmisión amplificada de sonidos, actividad típicamente realizada por la cadena de los tres osículos.
Los implantes del oído medio son una alternativa válida a los audífonos y pueden ser una opción para ciertas categorías de personas, especialmente aquellos que:
Además, cabe señalar que las personas con alergias a los materiales del molde auricular, reacciones cutáneas auriculares, infecciones del oído externo, malformaciones del oído o canales auditivos estrechos, colapsados u obstruidos se han beneficiado significativamente de esta tecnología.
El sistema Vibrant Soundbridge (VSB) es una de las opciones que existe en el mercado desde hace varios años, adoptada por niños y adultos con malformaciones del oído, infecciones crónicas del oído externo, pérdida auditiva transmisiva y trastornos vestibulares concomitantes.
Hay algunos casos en los que un audífono o un implante coclear pueden no resolver la pérdida de audición, como en el caso de anomalías graves del oído interno o ausencia/hipoplasia del nervio auditivo.
En estos casos, un implante auditivo del tronco cerebral evita el nervio auditivo o el oído interno dañado y se conecta directamente al tronco cerebral para transmitirle los sonidos. El implante consta de varios componentes:
El implante del tronco, así como todas las prótesis implantables descritas, debe ser recetado por un audiólogo u otorrinolaringólogo.
Hay que recordar que, aunque los audífonos y las implantes auditivos no pueden restaurar la audición original, permiten que las personas con problemas auditivos vuelvan a disfrutar de experiencias y sensaciones sonoras.