Los altos niveles de ruidos que se emiten durante un concierto provocan una sobreestimulación de los oídos. La consecuencia de esto es la presencia de un pitido o sonido conocido como tinnitus. Dicho fenómeno se produce debido al daño que el sonido elevado provoca en las células ciliadas que recubren el oído.
Como resultado, el individuo puede padecer tinnitus de manera esporádica o constante, además de percibir otros sonidos, como rugidos, por ejemplo. Sin embargo, en la mayoría de los casos se resolverá por sí solo al cabo de unos días.
Asimismo, la exposición prolongada a sonidos elevados, que superen los 85 decibeles (dB) puede ocasionar pérdida de audición. Por lo general, los conciertos tienden a emplear 115 dB o más y se estima que, cuanto mayor es el sonido, menor es el tiempo de exposición necesario para que se produzca la pérdida auditiva.
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Beneficios de EarPros:
La salud auditiva puede verse alterada de manera inmediata, tras haber estado expuesta a sonidos fuertes, como ocurre durante un concierto. En este caso, así como en cualquier otra situación en donde el sonido supere el umbral recomendado, puede aparecer el tinnitus o la pérdida temporal de la audición.
Si bien tanto el pitido que aparece en un oído como la pérdida total de la audición después de un concierto puede ser realmente alarmante, en la mayoría de los casos suelen desaparecer al cabo de horas o días.
Asimismo, se corre el riesgo de padecer pitidos en los oídos y tinnitus en los diferentes espacios de ocio, como discotecas, conciertos, bares, cines, eventos deportivos e incluso gimnasios, en donde se aprecia un aumento cada vez mayor del volumen del sonido. Incluso con la popularización de la tecnología, algunos dispositivos suelen emplearse a volúmenes perjudiciales para la salud auditiva durante largos períodos de tiempo. Todo esto supone un grave riesgo de pérdida auditiva que puede ser irreversible.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que se entiende por pérdida de audición cuando una persona no es capaz de oír o tiene un umbral de audición de 25 dB o más. Exponerse a ruidos elevados por períodos de tiempo prolongados interfiere con la salud auditiva. Además, se debe considerar que una vez que se pierde la audición, esta no puede recuperarse. Y esto supone un desafío para la calidad de vida de quien la padece, ya que esta situación puede llegar a limitar las actividades de la vida cotidiana
De acuerdo con la OMS, la exposición a sonidos fuertes provoca cansancio en las células sensoriales auditivas, independientemente de su duración, lo que genera una pérdida temporal de audición o la percepción de acúfenos. Así, un individuo que asiste a un concierto puede tener la sensación de ensordecimiento o pitido en el oído de manera inmediata. No obstante, esta situación puede revertirse con la recuperación de las células sensoriales.
Sin embargo, cuando se trata de sonidos muy fuertes y la exposición se efectúa con regularidad y de manera prolongada, las células sensoriales y otras estructuras auditivas pueden verse dañadas de manera permanente, ocasionando una pérdida irreversible de la audición. Los sonidos de alta frecuencia –los agudos– se ven afectados en primera instancia, por lo que la pérdida podría no ser percibida de manera inmediata.
Asimismo, la pérdida de audición provocada por ruido fuerte puede ser irreversible. Se entiende que una persona ha sufrido pérdida de audición cuando no puede oír o tiene un umbral de audición de 25 dB o superior.
La pérdida de la audición supone una afección que se expande a diversas áreas de la vida de una persona y llega, incluso, a dificultar la comunicación en su vida diaria. No escuchar de manera adecuada no solamente será una problemática que afecte su vida laboral, sino también la personal. La pérdida auditiva es limitante y el paciente deberá efectuar un tratamiento adecuado, con profesionales especializados, para poder recuperar sus actividades de la mejor manera posible además de mejorar su calidad de vida.
En definitiva, la exposición prolongada a sonidos extremos da origen a la pérdida de audición progresiva que afecta, en última instancia, a la comprensión del habla y tiene efectos negativos en la calidad de vida.
La pérdida auditiva temporal provocada por la exposición a sonidos altos durante un concierto normalmente tiende a desaparecer de manera natural. Un buen descanso y evitar los sonidos fuertes por un tiempo prolongado es, en la mayoría de los casos, suficiente para que las células auditivas puedan recuperarse del daño provocado.
Sin embargo, si el paciente nota que no hay mejoría y que el malestar persiste, es fundamental consultar con el médico especializado a fin de recibir el tratamiento adecuado para su recuperación o mejorar su calidad de vida.
Una excelente manera de tratar la pérdida auditiva es previniendo que suceda. La OMS estima que los jóvenes son los más proclives a sufrir pérdida de audición debido a las prácticas auditivas perjudiciales que llevan a cabo. Si no se registra a tiempo y se toman medidas de prevención adecuadas, la pérdida auditiva puede ser permanente y discapacitante.
Entre las causas más frecuente de pérdida auditiva se encuentran las siguientes:
Para prevenir las consecuencias nocivas de una exposición constante a ruidos y sonidos perjudiciales, es preciso, en primer lugar, identificar, en cada caso, qué tipo de prácticas son las responsables. A continuación, es necesario reducir su frecuencia, así como intentar respetar los decibeles decibelios máximos. Si esto no es posible, una buena solución es recurrir al uso de tapones para oídos. Asimismo, es recomendable realizar consultas frecuentes con el especialista.
Así, si no se controlan las prácticas nocivas, la prevalencia de la pérdida de la audición aumentará inevitablemente ndefectiblemente. Esto supone un riesgo que puede dañar la capacidad auditiva de forma permanente, por lo que se recomienda evitarlas para mantener la calidad de vida elevada en todas las etapas de la vida.